Sydney
Sydney una ciudad realmente INCREIBLE e IMPRESIONANTE. Es una ciudad construida por y para el mar, abierta al mar, con una calidad de vida envidiable.
Recuerdo cuando avisté la OPERA HOUSE por primera vez. Estábamos dando una vuelta por la ciudad cuando de pronto apareció ante nosotros, fue un momento realmente mágico, era como un sueño estar allí anta tanta majestuosidad. Los alrededores de la Opera House son preciosos, el barrio de Rocks, con edificios de estilo escocés, el puerto, la bahía…
Pero lo mejor aun estaba por llegar: la visita por dentro de la Opera House. Realmente espectacular. La cubierta de las cúpulas no son de color blanco (como parece) son de color crema e intercalan cerámicas mates con brillantes para dar ese efecto, son autolimpiables por los surcos que hay entre ellas por los que circula el agua… es un diseño magnífico… la estructura es de segmentos unidos que simulan medios gajos de naranja. Y por dentro… en fin, el órgano más grande del mundo está aquí. No pudimos conseguir entradas para ningún espectáculo pero pudimos disfrutar de la voz de una americana que iba en nuestro grupo. Al parecer era cantante de opera y nos deleito durante unos minutos con su voz. Fue muy emocionante comprobar la calidad de la acústica de la sala, pero sobretodo la emoción vino al sentir lo importante que debió ser para aquella mujer poder cantar en aquel lugar…
La anécdota de la Opera House es como se pudo pagar la obra, que fue carísima: con la lotería nacional!! Como lo leen.
Al día siguiente cruzamos en ferry a Manlei, donde está toda la zona de playas, los surferos y unas villas con jardín a pequeñas calas, piscinas naturales… para morirse. Aquí hicimos una caminata por un sendero que recorre toda la costa y disfrutamos de un entorno muy apacible.Y cuando crubamos la bahía... yo nunca en mi vida había visto tanto barcos de vela navegando, ni en regatas... aquello fue un verdadero espectáculo. Era sábado, hacía un sol magnífico, y todo el mundo salío a navegar, había cienes y cienes de barcos.
Observaciones:
1. fíjense en el tren mono-rail que cruza voladizo entre los edificios.
2. la última imagen, la cosa esa deforme de color verde, es la obra de un artista en el Museo de Arte Contemporáneo. La imagen tenía movimiento sobre una superficie en forma de nube, y a su lado había un reproductor de sonido que transmitía quejidos del supuesto hombre de que se trata... grimoso...
Recuerdo cuando avisté la OPERA HOUSE por primera vez. Estábamos dando una vuelta por la ciudad cuando de pronto apareció ante nosotros, fue un momento realmente mágico, era como un sueño estar allí anta tanta majestuosidad. Los alrededores de la Opera House son preciosos, el barrio de Rocks, con edificios de estilo escocés, el puerto, la bahía…
Pero lo mejor aun estaba por llegar: la visita por dentro de la Opera House. Realmente espectacular. La cubierta de las cúpulas no son de color blanco (como parece) son de color crema e intercalan cerámicas mates con brillantes para dar ese efecto, son autolimpiables por los surcos que hay entre ellas por los que circula el agua… es un diseño magnífico… la estructura es de segmentos unidos que simulan medios gajos de naranja. Y por dentro… en fin, el órgano más grande del mundo está aquí. No pudimos conseguir entradas para ningún espectáculo pero pudimos disfrutar de la voz de una americana que iba en nuestro grupo. Al parecer era cantante de opera y nos deleito durante unos minutos con su voz. Fue muy emocionante comprobar la calidad de la acústica de la sala, pero sobretodo la emoción vino al sentir lo importante que debió ser para aquella mujer poder cantar en aquel lugar…
La anécdota de la Opera House es como se pudo pagar la obra, que fue carísima: con la lotería nacional!! Como lo leen.
Al día siguiente cruzamos en ferry a Manlei, donde está toda la zona de playas, los surferos y unas villas con jardín a pequeñas calas, piscinas naturales… para morirse. Aquí hicimos una caminata por un sendero que recorre toda la costa y disfrutamos de un entorno muy apacible.Y cuando crubamos la bahía... yo nunca en mi vida había visto tanto barcos de vela navegando, ni en regatas... aquello fue un verdadero espectáculo. Era sábado, hacía un sol magnífico, y todo el mundo salío a navegar, había cienes y cienes de barcos.
Observaciones:
1. fíjense en el tren mono-rail que cruza voladizo entre los edificios.
2. la última imagen, la cosa esa deforme de color verde, es la obra de un artista en el Museo de Arte Contemporáneo. La imagen tenía movimiento sobre una superficie en forma de nube, y a su lado había un reproductor de sonido que transmitía quejidos del supuesto hombre de que se trata... grimoso...
Labels: Viaje a Nueva Zelanda y Sydney
1 Comments:
Keep up the good work.
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