Friday, May 11, 2007

XinJiang (2): Hotan, volviendo al medievo

Hotan es una ciudad imbuida por el desierto de Taklimakan donde la mayoría de sus habitantes viven en casas de adobe construidas en torno a los canales de agua que dan vida a sus plantaciones. La fruta de esta zona es exquisita, tan dulce que recomiendan que tras su ingesta te enjuagues la boca con agua para que la dentadura no retenga el azúcar.

Es muy curioso ver sus invernaderos: están resguardados con un muro de adobe orientado al norte (de donde vienen los vientos fríos) del que salen una especie de vigas de madera que en forma de media bóveda concluyen en el suelo. Esta “bóveda” puede estar sin cubrir o bien es tapada con plástico transparente durante el día, o mantas de esparto durante la noche (dependiendo de las temperaturas).



Visitamos las ruinas de alguna ciudad anterior a Cristo y alguna mezquita, ambos en mitad del desierto. De camino atravesamos unas “minas de jade” y observamos el duro trabajo de quienes se dedican a su extracción. Se trata de la cuenca de un río aparece y desaparece (como el Guadiana en España), en determinadas épocas del año pierde su cauce y quedan innumerables guijarros que son arrancados por una máquina excavadora en cuyo agujero comienzan los trabajos de búsqueda del jade. El trabajo se realiza de sol a sol bajo unas temperaturas altísimas en un entorno totalmente árido y agreste que hace que uno sienta verdadera lástima por quienes allí trabajan para sobrevivir.



Sus habitantes son gente sencilla que vive de sus manos y que se siente muy atraída por el extranjero que raramente se deja caer por allí. Si te ven con una cámara te pedirán que les fotografíes y luego, en agradecimiento, intentarán agasajarte con algo. Recuerdo una anciana que tenía un puesto de frutos secos, después de hacerle un foto y enseñársela, se sintió emocionada y se empeñó en regalarnos unas pipas de girasol… nosotros insistíamos en pagárselas, pero fue imposible. Y así era todo, los niños, los adultos, los ancianos, todos deseosos de que les hiciéramos fotos y de que charlásemos con ellos. De pronto te ves rodeado por un mar de gente y es maravilloso ver como se sienten felices por el simple hecho de que les hagas una foto y se la muestres.



Nos adentramos en el mercado del domingo, un mercado muy famoso que se celebra en la calle y donde lo mas divertido es visitar la zona donde se vende el ganado. El mercado es inmenso, gigante y es como remontarse al medievo. Por el camino vas viendo a la gente trasladarse a pie o con su carretilla tirada por un burro, acompañados de sus rebaños, para concentrarse todos en un espacio de tierra donde los compradores observan, eligen y negocian las reses que se van a llevar. Allí te venden gallinas, palomas, corderos, vacas, cabras, ovejas, burros, mulas. Es realmente muy interesante.


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2 Comments:

Blogger felipe said...

Hola! Acabo de ver tú página, estoy a punto de viajar para allá! Llevo más de 5 años viviendo en China pero siempre me llamó la atención ir para allá, más que nada porque cada vez que hablo con los chinos me preguntan si soy de Xinjiang :P ejejje

Pensaba que sería una buena idea llevar una cámara polaroid para regalarles las fotos que uno saque, qué tal?

Dale, me gustó tu recuento del viaje, quizás un día haré un blog sobre mis viajes, tengo un par de cuadernos llenos de recuerdos y cosas así, pero creo que China en general tiene mucho más que cualquier otro país, quizás porque he estado mucho más tiempo acá que en otros países.
Cuando vuelvo a mi país, echo de menos las cosas que más me molestaban de China jajaja, te pasó también?

Un gusto y felicidades de nuevo por tu página

12:40 PM  
Blogger felipe said...

recién me di cuenta que subiste este post en el 2007 :P

12:42 PM  

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