Protesta a la pekinesa
Después de numerosas revoluciones, Beijing está viviendo una más. Esta vez se trata del gran cambio que está sufriendo en cuanto a infraestructuras y grandes construcciones. Sin duda las próximas Olimpiadas han supuesto un reto importante para esta ciudad que está experimentando a ritmo vertiginosouno uno de los mayores cambios. De la noche a la mañana numerosas calles desaparecen “literalmente”: todas las viviendas, comercios y restaurantes son demolidos y en su lugar se construyen grandes edificios de oficinas, macro centros comerciales o viviendas de lujo. El suelo ha adquirido un valor incalculable y el Gobierno prácticamente sin aviso y sin posibilidad de negociación decide usurpar el suelo para reutilizarlo en lo que considera conveniente. Tan sólo se deja una nota de aviso: en la fachada de las futuras demoliciones se pinta en rojo el símbolo chino que anuncia el derribo. Y repentinamente, un día, llegan las máquinas y proceden a ello.
Esto lleva ocurriendo reiteradamente desde hace aproximadamente un par de años. Pero lo que ha suscitado gran indignación ha sido la demolición de toda una acera de la calle Sanli Tun. Esta calle da el nombre a uno de los barrios más famosos de la ciudad, donde se concentra gran número de bares de copas, restaurantes y tiendas, todos ellos de lo más variado. Es una calle de casas bajas de estilo tradicional, donde cada una de ellas guarda un negocio diferente. El ambiente es increíble, las culturas se entremezclan bajo los farolillos rojos que iluminan las aceras, y la marcha se prolonga hasta altas horas de la madrugada.
Un buen día íbamos al restaurante español “Mediterraneo” (propiedad, junto con otro restaurante: “Mare”, del batería del grupo de música Aviador Dro, que vive por aquí) y nos encontramos con que no existía ya. Habían demolido todo ese lateral de la calle y con él muchos de los garitos que frecuentábamos. Esto ha provocado un gran malestar entre los propietarios y usurarios de locales de la zona que ven peligrar la supervivencia del barrio.
Como protesta muchos de estos locales han decorado sus paredes exponiendo fotografías de los derribos. Pero lo que más se ha difundido por la ciudad es la indumentaria de denuncia de los camareros, guardarropas y demás empleados de restaurantes, discotecas, y pubs… Éstos visten con orgullo camisetas con el símbolo “VA A SER DERRIBADO”, con que el que el Gobierno anuncia las demoliciones.
Surtirá efecto? Me temo que los intereses capitalistas que ha adquirido el sistema político de este país no tienen tiempo para detenerse a observar los intereses de sus habitantes. Pero lo que destaca del asunto es que por fin parece que se están produciendo movimientos y reivindicaciones sociales. Por fin hay una voz discordante que empieza a surgir y que puede que haga despertar a la población china del largo letargo en que se encuentra sumida.
Esto lleva ocurriendo reiteradamente desde hace aproximadamente un par de años. Pero lo que ha suscitado gran indignación ha sido la demolición de toda una acera de la calle Sanli Tun. Esta calle da el nombre a uno de los barrios más famosos de la ciudad, donde se concentra gran número de bares de copas, restaurantes y tiendas, todos ellos de lo más variado. Es una calle de casas bajas de estilo tradicional, donde cada una de ellas guarda un negocio diferente. El ambiente es increíble, las culturas se entremezclan bajo los farolillos rojos que iluminan las aceras, y la marcha se prolonga hasta altas horas de la madrugada.
Un buen día íbamos al restaurante español “Mediterraneo” (propiedad, junto con otro restaurante: “Mare”, del batería del grupo de música Aviador Dro, que vive por aquí) y nos encontramos con que no existía ya. Habían demolido todo ese lateral de la calle y con él muchos de los garitos que frecuentábamos. Esto ha provocado un gran malestar entre los propietarios y usurarios de locales de la zona que ven peligrar la supervivencia del barrio.
Como protesta muchos de estos locales han decorado sus paredes exponiendo fotografías de los derribos. Pero lo que más se ha difundido por la ciudad es la indumentaria de denuncia de los camareros, guardarropas y demás empleados de restaurantes, discotecas, y pubs… Éstos visten con orgullo camisetas con el símbolo “VA A SER DERRIBADO”, con que el que el Gobierno anuncia las demoliciones.
Surtirá efecto? Me temo que los intereses capitalistas que ha adquirido el sistema político de este país no tienen tiempo para detenerse a observar los intereses de sus habitantes. Pero lo que destaca del asunto es que por fin parece que se están produciendo movimientos y reivindicaciones sociales. Por fin hay una voz discordante que empieza a surgir y que puede que haga despertar a la población china del largo letargo en que se encuentra sumida.
2 Comments:
Gemma,
Tristísimo, comprame un par de remeras vale?
La verdad es que habria que comprarselas y llevarlas puestas con las bicis.
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