La Gran Muralla china
Wanli Changcheng, la Gran Muralla, empezó a construirse en el siglo V a.C, y quedó concluida en el año 220 a.C. con QuinShi Huangdi, primer emperador chino y fundador del imperio, que unió las secciones existentes para protegerse de los mongoles. La Gran Muralla se extiende desde el Mar Amarillo hasta el desierto del Gobi, atravesando cinco provincias y dos regiones autónomas de China.
Para su construcción se reclutaron soldados y campesinos de todo el país, y cuenta la leyenda que muchos de ellos perdieron allí su vida dejando sus cuerpos sepultados entre las rocas que dieron vida a esta gran obra. Tan es así que en el tramo llamado Mutianyu existe un santuario elevado, según dicen, en honor al soldado muerto y encontrado por su prometida entre los muros de esta parte de la Muralla después de recorrerla durante meses y meses con la firme promesa de no parar hasta localizarlo.
Hoy, varios tramos han sido reconstruidos, mientras que otros muchos permanecen en su estado original con grandes deterioros por el paso del tiempo o porque sus rocas han sido arrebatadas por los propios nativos para construir sus viviendas. Lo cierto es que estos últimos tramos resultan los más interesantes, de manera que hicimos un recorrido de 10 kilometros en el que atravesamos 30 torres.
Para su construcción se reclutaron soldados y campesinos de todo el país, y cuenta la leyenda que muchos de ellos perdieron allí su vida dejando sus cuerpos sepultados entre las rocas que dieron vida a esta gran obra. Tan es así que en el tramo llamado Mutianyu existe un santuario elevado, según dicen, en honor al soldado muerto y encontrado por su prometida entre los muros de esta parte de la Muralla después de recorrerla durante meses y meses con la firme promesa de no parar hasta localizarlo.
Hoy, varios tramos han sido reconstruidos, mientras que otros muchos permanecen en su estado original con grandes deterioros por el paso del tiempo o porque sus rocas han sido arrebatadas por los propios nativos para construir sus viviendas. Lo cierto es que estos últimos tramos resultan los más interesantes, de manera que hicimos un recorrido de 10 kilometros en el que atravesamos 30 torres.
Las cuatro horas que duró el trayecto se hicieron duras por el calor y por las elevadas pendientes y los fuertes descensos. Hubo momentos en los que subimos tramos de la Muralla apoyando manos y pies simultáneamente, ya que había tal verticalidad que podíamos ir ascendiendo por sus escalones como si se tratara de una escalera
La sensación es increíble al ver como la muralla se adapta plenamente a la cordillera recorriendo sus vértices; y se adhiere a ella serpenteando como un dragón por las escarpadas pendientes. Las vistas son imponentes: un paisaje montañoso con un sin fin de torres, elevadas en sitios estratégicos, bajo las que se proyecta el perfil de la Muralla.
La sensación es increíble al ver como la muralla se adapta plenamente a la cordillera recorriendo sus vértices; y se adhiere a ella serpenteando como un dragón por las escarpadas pendientes. Las vistas son imponentes: un paisaje montañoso con un sin fin de torres, elevadas en sitios estratégicos, bajo las que se proyecta el perfil de la Muralla.
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